sábado, 28 de marzo de 2009

Fisuras en la cultura


¡Trabaja como un negro,

hace el indio,

y va como un gitano!

¿Discriminación?

¡Vaya cuento chino!


Qué generosa nuestra lengua, que tiene mil y una expresiones para halagar a todas las etnias. Y que desagradecidos ellos, que no saben comprenderlas.


¡Bienvenido al etnocentrismo! aunque por si no lo sabías, ya lo conocías. Nuestra sociedad, entre otras, lo utiliza. Se trata de una manera de ver el mundo desde la convicción de que la propia cultura es la principal, la mejor, la auténtica. Basta coger un mapamundi para comprobar esta tendencia: ¿quién está en el centro, ombligo del planeta? África seguro que no.

A veces y a escondidas, esta visión se codea con el racismo, que considera al otro no solo diferente, sino inferior. Son dos puntos de vista espinosos, la mayoría de veces tímidos y reservados. Cuando preguntas a cualquiera, se esconden. Resulta que no hay nadie racista, como mucho algún ordenado suelto: cada cosa en su lugar y cada mochuelo a su olivo.

Son tendencias calladitas que aparecen de forma implícita y sutil. Es el nuevo racismo. Van Dijck, lingüista holandés y uno de los fundadores del análisis crítico del discurso, lo define como diferente al del apartheid, la esclavitud, los linchamientos y al del desprecio explícito en el discurso público. Un racismo que, según Barkler, para ser democrático y respetable niega ser racismo. Se camufla en opiniones y críticas constructivas hacia el resto de culturas, que ya no se tachan de inferiores sino de diferentes con alguna deficiencia. ¡Vaya progreso! ¡Cuán enorme!

Estas opiniones nacen y crecen en una misma comunidad. Van Dijck afirma que los prejuicios e imágenes estereotipadas surgen de la sociedad y en ella se consolidan, hasta convertirse poco a poco en ideología. La cultura se alimenta del conjunto de opiniones compartidas por sus miembros, creando una sólida base de creencias negativas sobre los otros, aquellos extraños. El racismo pues, no es innato, se va aprendiendo y heredando. Su mejor mecanismo de difusión, el texto y la palabra. El famoso discurso del que habla Van Dijck.



Y aquí entran los media, poderosos propagadores de ese conglomerado de ideas, valores y actitudes. Su discurso es de masas. Su influencia, también masiva. Y su conducta, por tanto, debería ser modélica. Pero pocas veces es así. Son escasos los medios que al hablar de otras culturas no caigan en un trato desigual, que en sus noticias no discriminen al diferente. ¿Cuántas veces hemos leído aquello de “una invasión de ilegales” o “un hombre de color”, como si la normalidad estuviera en ser blanco? ¿Y cuántas hemos comprobado la facilidad con la que se insinúa el terrorismo como práctica musulmana? Por no hablar de la discriminación sexual, la anulación de la existencia femenina al utilizar expresiones como “el hombre” en lugar de “el ser humano”.

Aunque no de forma explícita, los medios ayudan a perpetuar el ideario discriminatorio, a conseguir que se asuma de forma natural como parte del sentido común, de aquello que es comúnmente aceptado por toda una sociedad. Según Van Dijk, los medios de comunicación, al igual que el resto de élites que tienen acceso al discurso público (como son los políticos o los profesores), actualmente son la fuente primaria del conocimiento y de la opinión étnica en la sociedad.

Es decisión nuestra sellar las fisuras que resquebrajan nuestra cultura, pues cada uno de nosotros es creador y transmisor de saber. Somos responsables del conocimiento que propagamos y en nuestra mano queda eliminar o perpetuar las desigualdades que nosotros mismos hemos generado.
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Links de interés


http://www.thesun.co.uk/sol/homepage/news/article2218699.ece

http://www.thesun.co.uk/sol/homepage/news/article1753543.ece

http://www.thesun.co.uk/sol/homepage/news/article88553.ece

http://www.elpais.com/articulo/espana/avalancha/inmigrantes/Canarias/sigue/llegada/nuevas/barcazas/elpporesp/20060821elpepunac_2/Tes

http://www.ultimahora.com/notas/102426-Survival-acusa-a-diario-paraguayo-del-

http://www.discursos.org/oldarticles/An%E1lisis%20del%20discurso%20ideol%F3gico.pdf

http://www.discursos.org/oldarticles/Discurso%20y%20racismo.pdf

http://www.discursos.org/oldarticles/Nuevo%20racismo%20y%20noticias.pdf

http://www.portalcomunicacao.com/esp/pdf/aab_ent/dijk.pdf

1 comentario:

  1. El racismo no es más que miedo a lo diferente, del mismo modo que lo es cualquier tipo de desigualdad que emerja del ser humano. Hay una parte aprendida, pero creo que también hay otra innata. Desde el principio de los tiempos el ser humano ha luchado contra el que ha considerado diferente. A veces, bajo el pretexto de civilizar a quines ellos consideraban salvajes (españoles en la América recién descubierta), intentaban imponer su cultura y religión como la única válida. Nos pondríamos remontar aún más atrás en el tiempo: por poner un ejemplo, los romanos llamaban bárbaros a todos aquellos que vivían fuera de sus fronteras y la mejor manera de "protegerse" era invadirles. Lo curioso es que como resultado de todo ello, el invasor saqueaba todo lo que podía y más. Pues bien, es esa vasta herencia la que hemos recibido y combatirla es una tarea que requerirá del esfuerzo de toda la sociedad. Estoy muy de acuerdo contigo en que los medios de comunicación y, en general, aquellos que son dueños del discurso público tienen mucho que decir en esto, pero también es muy cierto que
    el actual panorama mundial no es nada sencillo y que no ayuda a luchar contra prejuicios, injustos por naturaleza.
    Te podría hablar de casos muy concretos. Desde personas que afirman que los juzgados españoles están repletos de inmigrantes a la espera de una sentencia por el delito cometido y que relacionan este hecho a la naturaleza inmigrante de los protagonistas a aquellos que creemos que este hecho es meramente circunstancial y que se debe más a una falta de recursos y oportunidades que al origen del que comete el delito o espera ser enjuiciado; desde el que cree que no hay trabajo para todos a quienes creemos que es cuestión de innovar... Por tanto, ¿queremos combatir el racismo? Empecemos por cambiar el panorama actual y comencemos a luchar contra la pobreza, la falta de recursos y oportunidades, el hambre y las enfermedades, el expolio a los países que por culpa nuestra se les llama tercermundistas o subdesarrollados... ¿Crees que eso es posible? Suena a utópico y, por suerte, existe quienes no lo ven imposible. Yo no sé qué pensar al respecto, pero mi experiencia me convence de algo que no me cansaría de repetir: el ser humano, en circunstancias excepcionales, se muestra en toda su esencia, sin tener en cuenta diferencias de sexo, religión, etnia, color... las circunstancias que nos rodean, favorables para muchos de nosotros, impiden que miremos hacia nuestro interior y nos demos cuenta de que todos sufrimos y nos alegramos, tenemos miedo y a veces nos envalentonamos, odiamos y amamos... y eso no lo condiciona que seas blanco, negro, verde o rojo, sino algo muchísimo más importante, y que es común a todo ser viviente, nuestros corazones.

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